00 Genios actuales

Por parejas leed uno de los 12 genios que vienen descritos en el artículo y después debatiremos sobre ellos.

1.  Cuenta al resto de tus compañer@s lo más importante de esa persona 

2.  ¿Qué puede significar "espíritu emprendedor"?  ¿fundar una empresa? ¿afán de lucro?

3.  ¿Tienes espíritu emprendedor?  ¿lo has mostrado en alguna situación en el pasado?

4.  ¿Conoces personalmente a alguien muy emprendedor?  ¿es un empresario?

5.  ¿Crees que existen diferencias culturales en cuanto al espíritu emprendedor entre España y otros países?

Extraído de: http://www.jotdown.es/2014/09/los-doce-genios-que-mas-estan-cambiando-el-mundo-y-tu-sin-saberlo/

A continuación vamos a profundizar en la vida y los hallazgos de doce personas que están cambiando, como mínimo, la vida de mil millones de personas en todo el mundo. Me refiero a cambios profundos en el tejido vital de la gente, tan profundos que ni siquiera la gente es muy consciente de que está cambiando.

Son doce personas, además, cuyos nombres poco o nada suenan a la gente de la calle, la que consume prensa generalista. Sin embargo, también para ellos está llegando el cambio inadvertidamente. Son doce personas que deberían recibir atención mediática al menos una vez al mes, o incluso a la semana. Personas que, como aún no están en la tumba, no reciben los suficientes parabienes de los aficionados a la hagiografías. Desde aquí, sin embargo, reivindicaremos su papel histórico desde ahora mismo, aunque sea para que en lo sucesivo estampéis alguna camiseta con su efigie.

1. Vinton Cerf: el hombre con traje que más ha contribuido al crecimiento de Internet

Cerf, a la derecha, acompañado por Al Gore. Fotografía: Movistar Campus Party Mexico (CC).

Vinton Cerf suele vestir con traje y pajarita a pesar de que el código indumentario en Silicon Valley, California, sede de empresas como Google o Apple, es el riguroso casual: camiseta y vaqueros. Su aspecto decimonónico, sin embargo, no debe llevarnos a engaño, pues, además de haber obtenido la Medalla Nacional de la Tecnología, el Premio Turing y la Medalla Presidencial de la Libertad, Cerf es probablemente la persona que más ha contribuido en la creación, diseño y promoción de internet. Justo por delante de los vídeos de gatitos.

Sus credenciales son: formar parte del grupo de interconexión que conectó los primeros dos nodos de Arpanet, y haber sido director del programa DARPA, donde desarrolló la tecnología TCP/IP, el conjunto de protocolos que se considera la base de internet. También diseñó el primer servicio comercial de correo electrónico mientras trabajaba en MCI, una compañía telefónica de larga distancia. Y durante más de una década ha sido director de ICANN (Internet Corporation for Assigned Names and Numbers), lo que le convirtió para muchos en uno de los «padres de internet».

Cerf es, indudablemente, uno de los personajes que podría defender la siguiente frase de la serie de televisión de la HBO Silicon Valley: «Que todos esos ceros y unos vayan directamente a tu mierdecilla de teléfono inteligente y que cualquier gilipollas que se caga en los pantalones sea capaz de suscribirse en doce segundos no es “magia”, es sudor y talento».

Cerf cree que el internet de las cosas cambiará el mundo. Sin embargo, se lamenta de que en 1977 desarrollara la versión 4 de la IP actual (IPv4), en un contexto en el que ni siquiera se sabía si internet iba a funcionar. Y es que IPv4, algo así como la dirección de cada dispositivo que se conecta a internet, solo proporciona direcciones IP a aproximadamente 4000 millones de conexiones. Una cifra suficiente si solo nos conectamos con ordenadores y smartphones (aunque ya se está agotando), pero que de todo punto resulta insuficiente si, como propone Cerf, algún día conectamos todos los objetos que nos rodean a internet a través de pequeños sensores. Para subsanar su error del pasado, Cerf está dirigiendo la nueva generación de protocolos, la IPv6, que tendrá suficiente espacio para 3,4 x 1038 (340 billones de billones de billones) de direcciones únicas. Unos 50.000 cuatrillones de direcciones para cada ser humano de la Tierra.

Cerf también está embarcado en la llamada Interplanetary Internet, siguiente etapa de internet: una tecnología para llevar un sistema de comunicaciones al espacio.

2. Elon Musk: Tony Stark «style»

Elon Musk. Fotografía: Maurizio Pesce (CC).

Tal y como sucede en la película Iron Man, Elon Musk, al estilo Tony Stark, emplea un dispositivo Leap Motion para el diseño en tres dimensiones de dispositivos. De hecho, el propio Musk ha reconocido que se inspiró en la película Iron Man para realizar de este modo sus diseños, ejecutando arabescos en el aire, asistido también por periféricos de nuevo cuño como Oculus Rift.

Musk también es el responsable de Tesla Motors. Con Tesla se pretende revolucionar la industria del automóvil al igual que los telares mecánicos revolucionaron la industria textil, aunque su modelo de producción podría aplicarse a casi cualquier otra cosa. Porque estamos en realidad ante un ejército de robots que llevarían las manos a la cabeza a cualquier ludita, tal y como lo describe Chris Anderson en su libroMakers:

Centenares de brazos robotizados KUKA universales hacen de todo, desde doblar metales hasta ensamblar. Vehículos robot de techo plano transportan chasis de automóviles y repostan por sí solos en cargadores de inducción. Brazos robotizados de pintado Fanuc pueden abrir las puertas de los coches para pintarlas y volver a cerrarlas cuando han acabado.

Tesla es la fábrica más grande de Silicon Valley, favorece la personalización extrema de los vehículos (mayormente eléctricos), fabrica lo que necesita cuando lo necesita sin necesidad de mantener grandes stocksy, lo más importante, pone sus patentes en modo código abierto, lo que permite usar sus tecnologías o mejorarlas sin problemas de propiedad intelectual. Copiar, compartir y modificar se convierten así en las leyes fundamentales de Tesla. Por el momento, ya han conseguido crear el primer automóvil eléctrico viable para producción en la era moderna, el Tesla Roadster.

En 2002, Musk también fundó SpaceX, que es la primera compañía espacial privada que ha puesto un cohete en órbita. En noviembre de 2012, anunció en una conferencia de la Real Sociedad Aeronáutica en Londres su intención de establecer la primera ciudad humana en Marte.

SolarCity es la empresa en la que Musk participa en el desarrollo y fabricación de paneles solares a fin de aprovechar la energía solar. La empresa contaba con más de 2500 empleados en diciembre de 2012.

PayPal fue la empresa de Musk que apostaba por el desarrollo del comercio electrónico, permitiendo la transferencia de dinero entre usuarios que tengan correo electrónico. Y tres antiguos empleados de PayPal, más tarde, fundaron YouTube.

Musk también está detrás de las pruebas de Hyperloop, un sistema de transporte que podría ser revolucionario y que consistiría en un sistema de cápsulas, confeccionadas en aluminio, que viajarían a través de tubos de acero que se sustentarían en pilares. Gracias a Hyperloop se podría viajar a velocidades superiores a los 1200 km/h. Las cápsulas, presurizadas y que flotarían sobre un colchón de aire para evitar el rozamiento, transportarían hasta veintiocho pasajeros. El empuje se produciría, en esencia, de este modo: dos entradas de aire en la zona delantera captarían aire que sería comprimido por un compresor eléctrico, transfiriendo la alta presión del aire hacia atrás.

A pesar de todo este currículo, Elon Musk es ofensivamente joven: nació en 1971.

Diseños conceptuales de la cápsula del sistema Hyperloop. Imagen cortesía de Teslamotors.com

3. Stuart Hart: vendiendo a los pobres

Imaginad que los cuatro mil millones de personas que ocupan los estratos inferiores de la pirámide económica fueran capaces de usar su dinero para comprar cosas, y que ese comercio sirviera para que esas personas pudieran desarrollarse hasta alcanzar niveles del primer mundo. Eso es lo que imaginó Stuart Hart, uno de los padres del movimiento empresarial sostenible a raíz de su texto ya clásico de 1997 «Beyond Greening: Strategies for a Sustainable World».

Otro artículo, escrito al alimón junto a su colega Coimbatore Krishnarao Prahalad, «The Fortune at the Bottom of the Pyramid», engendró otro nuevo campo empresarial: negocios BoP (bottom of the pyramid).

Los consumidores BoP deben arreglárselas con un presupuesto de apenas dos dólares al día, pero Hart advirtió que aquí no se tenía en cuenta la capacidad de compra agregada, tal y como ejemplifica el modelo de negocio del quinto mayor fabricante de vaqueros del mundo, Arvind Mills: sus vaqueros costaban de cuarenta a sesenta dólares, pero entonces empezó a fabricar los vaqueros Ruf & Tuf, un kit de componentes para fabricar unos vaqueros: tela, cremallera, remaches y parches. Todo ello al precio de seis dólares. Los kits se distribuyeron a través de una red de miles de sastres locales de los mercados rurales de la India, y ahora esta clase de vaqueros son los más vendidos en el país.

Jabón, ropa, suministros para la construcción de casas, energía solar, microscopios, prótesis, teléfonos móviles… infinidad de tecnologías pueden pasarse por el tamiz de la economía BoP, no solo elevando los estándares de los compradores a la vez que enriquecen a las empresas, sino incrementando el PIB del país en cuestión: el jabón previene enfermedades, por ejemplo, lo que evita pérdida de días de trabajo y mantiene a los niños en la escuela.

Tal y como abunda en ello Prahalad en su libro La fortuna en la base de la pirámide:

Si dejamos de pensar en los pobres como víctimas o como una carga y empezamos a reconocerlos como empresarios y consumidores fuertes, creativos y conscientes del valor de las cosas, se abrirá un nuevo mundo de posibilidades (…) El potencial del mercado BoP es enorme: de 4000 a 5000 millones de pobres con unos servicios mínimos y una economía de más de trece billones de dólares en paridad de poder adquisitivo (PPA).

4. Peter H. Diamandis

Peter H. Diamandis. Fotografía: Peter H. Diamandis (DP).

Diamandis es doctor en Medicina por Harvard, ingeniero en Aeronáutica y Astronáutica por el MIT, experto en biología… y, sin embargo, Diamandis no considera que el programa curricular de las universidades e institutos sea suficiente para un tipo de personas geniales y eclécticas capaces de enfrentarse a los nuevos desafíos globales.

Por esa razón, a pesar de haber sido fundador de más de una docena de empresas espaciales y de alta tecnología, incluyendo Zero Gravity Corporation, Space Adventures y la Rocket Racing League, o haber obtenido docenas de premios, incluyendo el Robert H. Heinlein Award, el Neil Armstrong Award, el Arthur C. Clarke Innovation Award, el No Boundaries Innovation Award de The Economist y el Charles A. Lindbergh Award, Diamandis es cofundador y presidente ejecutivo de la Singularity University. Un lugar donde solo tienen cabida las ideas que sean capaces de, al menos, mejorar la vida de mil millones de personas.

Tal y como la Universidad Invisible fue un hito en los inicios de la ciencia moderna, la Singularity University aspira a ser otro en la forma de hibridar los conocimientos y crea pensadores integradores y macroscópicos. Es decir, que la hiperespecialización no provoque que el árbol impida ver el bosque. La SU recoge ocho campos del conocimiento que considera cruciales para el devenir de la especie humana: biotecnología y bioinformática, sistemas computacionales, redes y sensores, inteligencia artificial, robótica, manufactura digital, medicina y nanomateriales y nanotecnología. La conferencia fundacional de SU tuvo lugar en el Centro de Investigación Ames de la NASA en septiembre de 2008, donde Larry Page, cofundador de Google, señaló en el discurso inicial: «Actualmente utilizo un sistema de medida muy simple: ¿estás trabajando en algo que puede cambiar el mundo? ¿Sí o no? La respuesta para el 99,99999 por ciento de la gente es “no”. Creo que necesitamos formar a la gente en cómo cambiar el mundo».

Como los incentivos económicos son poderosos a la hora de revolucionar las ideas, Diamandis también es fundador y presidente de la Fundación X PRIZE, una organización sin ánimo de lucro que diseña y gestiona los concursos públicos destinados a fomentar el desarrollo tecnológico que podrían beneficiar a la humanidad. El XPRIZE Ansari para Vuelos Espaciales Suborbitales fue el primer premio de la fundación. Otras ideas del premio potenciales incluyen: conservación de la biodiversidad, la cartografía de los océanos, el desarrollo de combustibles limpios de aviación, almacenamiento de energía, la vivienda sostenible… y, junto a la Fundación Bill & Melinda Gates, desarrollan un premio para encontrar una herramienta más eficaz en el diagnóstico de la tuberculosis.

5. Ray Kurzweil: el mejor pronosticador del mundo

Ray Kurzweil. Fotografía: Ed Schipul (CC).

Ni Sandro Rey, ni Rappel, ni el oráculo de Delfos. Quien conoce mejor nuestro futuro, sobre todo en lo tocante a lo tecnológico, es Ray Kurzweil. Su forma de hacerlo no se basa en la ciencia infusa, y mucho menos es destripar una oveja para leer sus vísceras.

Como sus padres huyeron de Austria para evitar las veleidades de Hitler con los judíos, Ray nació en Estados Unidos en 1948. Probablemente, su reverencia por la tecnología como herramienta eficaz para mejorar la vida de la humanidad tuvo sus raíces mientras leía los libros de ciencia ficción de Tom Swift Jr., cuyas tramas eran tan repetitivas como las del Equipo A: a) se producía una amenaza mundial; b) Swift se encerraba en el laboratorio del sótano de su casa para encontrar la solución; c) su innovación tecnológica resolvía el entuerto.

Influido por esta premisa, pues, Kurzweil ha sido el inventor de diversas cosas que han mejorado los estándares de la vida humana, como el primer sintetizador de texto a voz, la primera máquina para leer dirigida a invidentes y otros tantos que suman treinta y nueve patentes, sesenta y tres aplicaciones de patentes y doce doctorados honoris causa.

Pero su mayor hallazgo fue explorar los patrones existentes en la innovación tecnológica a fin de predecir cómo evolucionará. Por ejemplo, la Ley de Moore, que establece que cada dieciocho meses el número de transistores en un circuito integrado se duplica, se ha mantenido estable durante décadas. Otro estudio de 1953 realizado por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos también estableció que muy pronto iba a ser posible viajar a la Luna, después de analizar el progreso de la aviación iniciado con los hermanos Wright, a pesar de que en aquel año todavía no existía ninguna de las tecnologías necesarias para esa clase de viaje, tal y como expone Kevin Kelly en su libro What Technology Wants. Así ese análisis hizo diana y el alunizaje tuvo lugar mucho antes que cuando aficionados a los viajes espaciales como Arthur C. Clarke habían esperado que ocurriera.

Desde 2012, Kurzweil es director de ingeniería en Google, y centra su trabajo en el aprendizaje automático y el procesamiento del lenguaje natural. No en vano, a Kurzweil se le ha llamado «el sucesor y legítimo heredero de Thomas Edison» y también fue citado por la revista Forbes como «la máquina de pensar suprema».

6. Dean Kamen: paseando sin pies

Dean Kamen. Fotografía: Jason Gessner (CC).

Dean Kamen, multimillonario, filántropo, físico autodidacta y empresario con más de cuatrocientas cuarenta patentes en su haber, recuerda poderosamente a Batman. Sobre todo porque le gusta desarrollar vehículos novedosos para trasladarse por el mundo.

Algunos de sus hallazgos menos conocidos son la primera bomba de infusión capaz de suministrar de manera segura dosis exactas de la misma medicina que antes requería supervisión hospitalaria continua. En 1982, tras fundar DEKA Research and Development, Kamen concibió una máquina de diálisis portátil: los anteriores modelos tenía el tamaño de una lavadora, y este tuvo el tamaño de un vídeo doméstico. También desarrolló el brazo Luke, un gran paso en el desarrollo de miembros protésicos que además era un guiño geek a Star Wars. O iBot, una silla de ruedas motorizada para subir escaleras.

Su invento más célebre seguramente sea el Segway, un medio para pasear por la ciudad sin tener que andar y, de paso, reinventar el transporte local.

Pero el invento que a más gente podría ayudar en todo el mundo se llama Slingshot («honda», el alusión al arma que David usó para vencer a Goliat). El objetivo de Slingshot es proporcionar agua potable a todo el mundo que la necesite, evitándose así los miles de muertos causados por las enfermedades transmitidas por el agua sin potabilizar. Hemos de pensar que el agua es un bien tan escaso que solo el 0,5 % de toda el agua de la Tierra es potable: el otro 97,5 % es demasiado salada, y el resto, un 2 %, está atrapada como hielo polar.

Por el momento, Slingshot proporciona agua destilada para asegurar tratamientos de diálisis. La versión actual de Slingshot, del tamaño de una nevera de hotel, es capaz de purificar mil litros de agua al día usando la misma cantidad de energía que necesita una secadora. Funciona así, según el propio Kamen:

Se mete un tubo de entrada en cualquier lugar húmedo (agua cargada de arsénico, agua salada, una letrina, los tanques de almacenamiento de una planta de reciclaje de residuos químicos; realmente, cualquier cosa húmeda) y lo que sale es agua inyectable farmacéutica cien por cien pura.

Kamen confía en que el futuro pasa por conseguir desalinizar el agua del planeta, y que la falta de escasez permita a los países del tercer mundo desarrollarse por fin. «La paz mundial», «que se acabe el hambre del mundo», «que Belén Esteban desaparezca», pudieran ser deseos ingenuos propios de una Miss de provincias, pero Kamen podría ser quien los hiciera realidad gracias, en parte, al modelo de negocio BoP de Stuart Hart presentado anteriormente:

Cuando hablas con los expertos sobre desarrollar nuevas tecnologías para proporcionar agua potable al mundo en vías de desarrollo, te dicen que con cuatro mil millones de personas que ganan menos de dos dólares al día no hay ningún modelo de negocio viable, no hay modelo económico y no hay manera de financiar los costes de desarrollo. Pero los veinticinco países más pobres ya gastan el veinte por ciento de su PIB en agua. Este veinte por ciento, unos treinta centavos, no es mucho, pero calcúlalo de nuevo: cuatro mil millones de personas que gastan treinta centavos al día son mil doscientos millones de dólares cada día. Son cuatrocientos mil millones al año.

7. Melinda Gates: financiando la medicina

Melinda Gates. Fotografía: UK Department for International Development (CC).

Melinda Gates es cofundadora de la Fundación Gates junto a su marido Bill Gates, y desde su inicio en el año 2000 se ha convertido en la mayor organización filantrópica del mundo. En 2012, por ejemplo, donó más de tres mil millones de dólares. En total, desde su creación, se estima que la fundación ha donado más de veinticuatro mil millones de dólares.

Siempre defensora de la salud de la mujer en países donde la mujer todavía no tiene un papel protagónico, Melinda está particularmente preocupada por el control de natalidad, así que su objetivo es hacer llegar más cuatro mil millones de dólares a más de 1ciento veinte millones de mujeres para que tenga acceso a anticonceptivos para el año 2020.

La fundación Gates ha promovido toda clase de programas asociados a la salud y la calidad de vida, como un incentivo de setenta y un millones de dólares para los científicos que sean capaces de mejorar la salud del Tercer Mundo. También está detrás del desarrollo de una vacuna contra la malaria, como publicó recientemente New England Journal of Medicine. Y ha creado un premio de mil quinientos millones de dólares, llamado «Compromiso Anticipado de Mercado», para recompensar a inventores y fabricantes de una nueva vacuna más efectiva contra enfermedades neumocócidas como la neumonía, la meningitis y la bronquitis.

También pretende revolucionar la tecnología del retrete, tal y como argumenta Lowell Wood, astrofísico en el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore:

El impulso del proyecto Gates es modernizar un sistema que realmente no ha evolucionado en ciento treinta años, desde la Inglaterra victoriana. En el mundo en vías de desarrollo, donde las aguas fecales provocan muertes y enfermedades terribles, obviamente esto salvaría millones y millones de vidas, pero en el mundo desarrollado, tres cuartas partes de la factura del agua es el coste de evacuar los residuos y de gestionar las plantas de tratamientos de las aguas residuales. Así que el objetivo es resolver ambos problemas: encontrar un modo de que, cuando la gente vaya al baño, esto no implique ningún gasto en agua corriente o en tratamiento de residuos, y al mismo tiempo hacer que los residuos humanos sean completamente inofensivos.

Por si todo esto fuera poco, la Fundación Gates ha subvencionado con cien mil dólares una investigación científica del grafeno para crear preservativos más resistentes y placenteros. No es un objetivo baladí, porque según Papa Salif Snow, responsable de los programas contra el VIH de la Fundación: «Un condón rediseñado que solucionase las molestias y aumentase el placer sería un arma poderosa en la lucha contra la pobreza».

Graduada en Informática y Economía por la Universidad de Duke, Melinda fue declarada Persona del Año en 2005 por la revista Time, y en 2006 recibió el Premio Príncipe de Asturias.

8. Nathan Myhrvold: el científico loco de película de ciencia ficción

Nathan Myhrvold. Fotografía: Lisa Padilla (CC).

Myhrvold es probablemente el científico vivo que más se parece al típico genio ecléctico y loco de una película de ciencia ficción de serie B, no en vano Myhrvold, de pequeño, era adicto a la serie británica de televisión Dr. Who. Genio porque Myhrvold empezó la universidad con catorce años, y la terminó con veinticinco con tres másters y un doctorado en la Universidad de Princeton. Estudió Cosmología durante un año junto a Stephen Hawking. Se convirtió en un paleontólogo de fama mundial. En un fotógrafo premiado. En un chef experto. También es coleccionista de libros raros, instrumentos científicos antiguos y huesos de dinosaurio. Afición esta última que se toma tan en serio que es codirector de un proyecto que ha descubierto más esqueletos de Tyrannosaurus Rex que nadie antes en el mundo.

Después de trabajar como director tecnológico de Microsoft y hacerse rico (Forbes lo sitúa entre los cuatrocientos americanos más ricos), se marchó para fundar su propia compañía en el año 2000, una suerte de laboratorio de ideas innovadoras que fuera capaz de arreglar toda clase de problemas globales: Intelectual Ventures. Al estilo del Massive Dynamics de la serie Fringe o de la Dharma de Lost, este laboratorio heterodoxo que representa a Dr. Who (cuando le preguntaban si era alguna clase de científico, este respondía que era toda clase de científico) consigue más de quinientas patentes al año, convirtiéndose así en una de las empresas que más patentes tiene en el mundo.

Intelectual Ventures ya ha enviado satélites a la Luna, ha contribuido a defender a Estados Unidos de un posible ataque con misiles e incluso busca maneras alternativas de combatir el calentamiento global. Uno de sus hallazgos más extravagantes es un método para neutralizar la malaria, sobre todo en países africanos en vías de desarrollo. Para ello, Myhrvold no se centró en la malaria en sí, sino en el mosquito que la transmite, concretamente las hembras de determinadas especies. Estas hembras tienen una frecuencia de aleteo distinguible (es más lento que el de los machos porque son más pesadas). Al ser detectada esta frecuencia de aleteo, se activaba un láser desarrollado por Intelectual Ventures que literalmente achicharra al mosquito.

Pero solo es una punta del iceberg de todos los inventos que está desarrollando Intelectual Ventures, según explican Steven D. Levitt y Stephen J. Dubner en su libro Superfreakonomics: «un motor de combustión interna mejor, una manera de reducir la fricción de los aviones y aumentar así la eficiencia del combustible…».

Myhrvold, como buen mad doctor, también considera que la mejor energía de la que puede disponer la humanidad actualmente es la energía nuclear, así que, junto a Bill Gates y Vinod Khosla, fundó TerraPower para desarrollar el reactor de onda viajera (TWR), una variante de cuarta generación que él describe como «el reactor rápido de neutrones pasivo más simplificado del mundo». El precio de esta energía suministrada por el TWR, a juicio de Myhrvold, puede estar por debajo del que tiene el carbón. Tal y como lo describe Peter H. Diamandis en su libro Abundancia:

El TWR no tiene piezas móviles, no puede fundirse, y puede funcionar con seguridad durante más de cincuenta años literalmente sin ninguna intervención humana. Puede hacer todo esto sin requerir ninguna operación de enriquecimiento, sin manejo de combustible gastado y sin instalaciones de reprocesamiento o almacenamiento de residuos, y lo que es más, los TWR son una fuente de suministro de energía para una región o ciudad consistente en «construir, quemar y olvidar», convirtiéndolos en una solución ideal para el mundo en vías de desarrollo.

9. Craig Venter: codificando la vida

Craig Venter. Fotografía: elizaIO (CC).

A pesar de tener más de sesenta años, Craig Venter suele vestir con camisa hawaiana y chanclas, como si fuera un jubilado en Florida. Sin embargo, Venter está haciendo más por la investigación que mil científicos juntos. Incluso dispone de sus propias instalaciones, el Instituto J. Craig Venter, en San Diego, Estados Unidos. Y es que muchos han tildado a Venter como el Steve Jobs de la biotecnología.

Razones no le faltan. En el año 2000, Venter y su compañía Celera obtuvieron la secuencia completa del genoma humano. Lo más sorprendente es que lo habían hecho más rápido que el Departamento de Energía de Estados Unidos y el Instituto Nacional de la Salud (estimado en décadas, Venter lo hizo en menos de un año) y también de forma más económica (de los diez mil millones presupuestados por el Gobierno, Venter lo logró con cien millones).

En 2010, Venter anunció la creación de una forma de vida sintética que él mismo describió como «la primera especie autorreplicante que hemos tenido en el planeta y cuyo padre es un ordenador».

Como un Charles Darwin biotecnológico contemporáneo, Venter también ha recorrido el mundo a bordo de su yate de investigación Sorcerer II en busca de algas. Tras pasarlas por un secuenciador de ADN, Venter ha creado una biblioteca de más de caurenta millones de genes distintos que podrá servir para concebir nuevas algas, cuya maquinaria molecular sirva para obtener combustible a bajo coste, vacunas de alto rendimiento y un tipo de agricultura cincuenta veces más eficiente que la actual.

10. Jimmy Wales: democratizando el conocimiento

Jimmy Wales. Fotografía: Niccolò Caranti (CC).

Las primeras enciclopedias de la humanidad fueron producto de una sola mente, de dos o tres a lo sumo, como los treinta y siete volúmenes donde Plinio el Viejo vertió los conocimientos de la época. Siglos más tarde, el saber humano creció de tal modo que las enciclopedias ya solo fueron posibles gracias a la colaboración de diversos expertos, como la Encyclopédie de Diderot y D´Alembert, en la que participaron las mentes preclaras del París de 1700 como Voltaire o Rousseau. En un mundo donde en un solo día del año 2000 se genera más información que en un siglo del año 1800, el compendio de información necesitaba un nuevo enfoque revolucionario: jerárquicamente flexible, orgánico, colaborativo, más preocupado de indexar y presentar que de dirimir conflictos sobre qué es verdad y qué es mentira.

Bajo esta premisa, Jimmy Donal «Jimbo» Wales, un empresario de internet, fue el artífice, junto al filósofoLarry Sange, de la omnipresente Wikipedia. Según los propios cálculos de Wales, cincuenta mil colaboradores de Wikipedia equivalen a un Plinio el Viejo. Sea o no un cálculo muy sui generis, lo cierto es que la mayor virtud de Wikipedia es su fluidez, su agilidad y su ritmo de actualización constante y gratuita: hasta entonces, la mayoría de las enciclopedias empezaban a envejecer justo en el instante en que eran impresas. Actualmente, Wikipedia posee más de dos millones de artículos en inglés; la Enciclopedia Británica, ochenta mil. Si sumamos los artículos de Wikipedia en todos sus idiomas (estos incluyen esperanto, kurdo, twi y así hasta alcanzar casi trescientas lenguas, si bien se eliminó el klingon por considerarse una lengua «inventada»), la cifra asciende a más de once millones. Más que todas las enciclopedias en papel juntas. Ahora, en Wikipedia podemos encontrar hasta la definición de «Pokémon», según explica James Gleick en su libro La información:

La Wikipedia inglesa empezó con un solo artículo y a partir de él se desarrolló toda una selva. Hay una página para «Pokémon (desambiguación)», necesaria, entre otras razones, en caso de que alguien busque el oncogén zbtb7, llamado Pokemon (a partir de las iniciales en inglés del factor ontogénico eritoide mieloide POK, POKerythroid mieloide ontogenic factor), hasta que los abogados de la marca registrada de Nintendo amenazaron con poner un pleito. Hay al menos cinco grandes artículos secundarios y colaterales acerca de regiones Pokemon, elementos, episodios de la televisión, juegos tácticos, y cuatrocientos noventa y tres criaturas, héroes, protagonistas, compañeros y rivales, desde Bubbasaur hasta Arceus.

En 2006, solo cinco años después de que naciera Wikipedia, la revista Time catalogó a Jimmy Wale como una de las personas más influyentes del mundo. En 2007, la revista Forbes le otorgó la posición número doce dentro de la lista The web celeb 25, un ranking de las veinticinco personas más famosas de internet.

11. Dan Barry: dejando que los robots nos asistan

Dan Barry. Fotografía: NASA (DP).

Debido a que la pirámide demográfica se ha trastocado, estamos condenados a convertirnos en una sociedad de viejos que, gracias a la tecnología médica, vivirá más años que nunca antes en la historia. Cada diez años, la población centenaria se está duplicando en los países desarrollados. En 2050 se estima que haya 311 millones de octogenarios en el mundo. Solo en Estados Unidos, en el año 2030 se calcula que haya 71,5 millones de personas de más de sesenta y cinco años. El gasto sanitario para sufragar todos los cuidados y enfermedades asociados a la longevidad, como el cáncer, se disparará hasta límites inconcebibles.

Para Dan Barry, la solución no pasa por fabricar galletas, como en Soylent Green, sino por desarrollar robots que lleven a cabo el trabajo de cuidar a los viejos. Barry es médico, ha volado en tres ocasiones en el transbordador espacial y ha sido concursante del reality de televisión Survivor, la versión estadounidense (y menos cutre) de Supervivientes. Según él mismo señala:

La mayor contribución que harán los robots a la asistencia sanitaria será cuidar de la población envejecida: gente que ha perdido a sus parejas o la capacidad de cuidarse por sí mismos. Estos robots ampliarán el periodo de tiempo en que pueden vivir de manera independiente al proporcionarles apoyo emocional, interacción social y asistirles a levantarse si se caen o auxiliarles en el baño. Estarán dispuestos a escuchar la misma historia veinticinco veces y responder adecuadamente en cada ocasión. Para algunos con disfunciones o necesidades sexuales, estos robots también desempeñarán un papel enorme.

Barry sostiene que el precio de estos robots será muy económico porque lo único que habrá que adquirir es el cuerpo mecánico: pronto los sensores necesarios y la capacidad de computación tendrá un coste marginal próximo a cero. Una idea, la de los robots que asisten a ancianos, que está magníficamente desarrollada en la serie de televisión sueca Äkta människor.

Con todo, si la confianza en la robótica aún parece propia de la ciencia ficción, podemos echar un vistazo a otra biografía de un genio que está haciendo verosímil el escenario a marchas forzadas: la del multimillonario y programador de sistemas de Stanford, Scott Hassan. Fundador de la recientemente clausurada compañía Willow Garage, Hassan es el creador de PR2 (Personal Robot 2), una suerte de versión menos rechoncha del R2D2 de Star Wars, que en realidad es una plataforma de investigación en código abierto en la que todo el mundo puede contribuir, al estilo Wikipedia. PR2 ya sabe doblar la ropa limpia, jugar al billar, traerte una cerveza, limpiar la casa, abrir puertas…

12. Virginia Rometty: la primera mujer al frente de IBM

Virginia Rometty. Fotografía: Asa Mathat / Fortune Live Media (CC).

Virginia «Ginni» Rometty es la actual presidenta y CEO de IBM desde enero de 2012, convirtiéndose así en la primera mujer que toma el mando de la multinacional. Desde entonces, está luchando para reenfocar la compañía en la innovación y las necesidades de los clientes. A su juicio, son tres las tendencias que están transformando la tecnología y las telecomunicaciones: los datos, la «nube» y la interacción (engagement). Para ella, los datos son el recurso natural del siglo XXI y que hay aprender a almacenarlos, gestionarlos y servirlos. Rometty confía esa labor a inteligencias artificiales, como Watson, creada en 2011 por IBM.

Para empezar, IBM pondrá Watson a disposición de cualquier profesional a través de Watson Analytics, actuando como una especie de Siri (de Apple) pero con más datos y mayor capacidad de reconocimiento del lenguaje natural. Siendo así capaz de responder a preguntas del tipo: ¿cuáles son los factores que favorecen las ventas de mi producto? Pero Watson servirá para muchas otras cosas, y no solo las típicas que imaginamos después de ver la película Her: por ejemplo, contribuirá al diagnóstico médico gracias al análisis de grandes cantidades de datos.

Con cincuenta y cinco años de edad, Rometty fue elegida la mujer más poderosa en los negocios por la revistaFortune, y obtuvo la décima posición de las cien mujeres más poderosas del mundo según Forbes.

En 1979 se graduó con altos honores, recibiendo una licenciatura en ciencias de la computación y la ingeniería eléctrica del Robert R. McCormick School of Engineering and Applied Science en Universidad Northwestern, y solo dos años después ya entró a trabajar en IBM.

Bonus track

Reshma Saujani Fotografía: Daniel J. Sieradski (CC).

Toda lista de esta naturaleza siempre quedará necesariamente incompleta, y el criterio de selección podrá ser impugnado una y mil veces. Con todo, sirva este último epígrafe para al menos enumerar algunos de los personajes que quedaron en el tintero, y como alegato final a todas esas personas, genios o no, que con sus pequeñas o grandes contribuciones hacen del mundo un lugar mejor.